En la comunidad de Palo Altico, en el municipio de María la Baja, Bolívar, un proyecto se está gestando desde hace dos años, llevando esperanza y oportunidades a las manos de sus habitantes. Se trata de la Casa Comunitaria de Semillas Montes de María, una iniciativa impulsada por ASOMOVICAMPO, la Asociación de Mujeres Víctimas Afro Agropecuarias Campesinas Productoras de Playón.
Esta casa de semillas está transformando la vida de la comunidad y brindando un futuro con alternativas agroecológicas para una región que ha tenido que enfrentar grandes desafíos con resiliencia y perseverancia. En este territorio, mucha gente ha mantenido sus raíces arraigadas en la tierra que tanto aman, es el caso de Argelia Silgado, quien con la Casa de Semillas Montes de María, hace un tributo a esa conexión con la tierra y una inversión en el futuro de su comunidad.
La Casa de Semillas Montes de María se constituye, así como un refugio para la diversidad biológica y alberga en su interior valiosas semillas criollas y variedades autóctonas. Estas semillas, que han sido cultivadas y preservadas por generaciones, son un patrimonio invaluable para las comunidades. Al proporcionar acceso a semillas de calidad y promover prácticas de agricultura sostenible, ASOMOVICAMPO está empoderando a los agricultores de María la Baja para que puedan cultivar alimentos nutritivos y seguros. Esto no solo mejora la calidad de vida de las personas, sino que también fortalece la seguridad alimentaria de la región al constituirse como el eje integrador de tres organizaciones afrocampesinas en las comunidades de San José de Playón.
La Casa de Semillas Montes de María no solo se trata de la agricultura, sino también de la creación de oportunidades económicas. A través de programas de capacitación en agricultura orgánica, agroecología y procesamiento de alimentos, ASOMOVICAMPO está ayudando a las mujeres y los agricultores locales a diversificar sus ingresos y construir un futuro más próspero para sus familias. Con esta casa de semillas, se está escribiendo una historia de autonomía, una que está arraigada en su tierra y en la fuerza de su comunidad.